Características de un Ministerio Apostólico Profético

Características de un ministerio apostólico y profético – Parte 2

Por Daniel Dardano, Daniel Cipolla, Hernán Cipolla
Diciembre 2020

  1. La Palabra de Dios enseña que el gobierno espiritual sobre la Iglesia es ejercido por los cinco ministerios. El Señor le ha delegado a cada uno de ellos una autoridad específica que los hace competentes en su función. Esa autoridad particular es la que determina el ámbito en el que se pueden desenvolver.

Cuando Dios diseñó su gobierno, determinó una pluralidad de personas que conforman un equipo. Es decir que representar al gobierno divino es tarea de equipo. Algunos ejemplos de las Escrituras sirven para clarificar la idea de Dios del trabajo en equipo:

  • Jesús designó a doce de sus discípulos por dirección divina, para que estuviesen con Él, y fueran parte de su equipo (ver Marcos 3:13-15).
  • Jesús envió a sus discípulos a predicar el Reino de Dios en equipo, de dos en dos (ver Marcos 6:7, Lucas 10:1).
  • En momentos cruciales de su vida, Jesús llamó a tres de sus discípulos para que estuviesen con Él (ver Mateo 17:1-2; 26:36-38).
  • Después de Pentecostés se observa a los apóstoles trabajando en equipo (ver Hechos 3:1, 4; 15:1-2, 6-7, 13).
  • El primer envío apostólico en la iglesia de Antioquia fue hecho por un equipo de profetas y maestros, quienes confirmaron a Bernabé y a Saulo como equipo apostólico designado por el Espíritu Santo (ver Hechos 13:1-3).
  • El apóstol Pablo siempre desarrolló el ministerio en equipo, junto con Bernabé, Lucas, Judas, Silas, Timoteo, Tito y otros (ver Hechos 15:30-35, 40; 16:25; 17:14; 18:5, 2ª Corintios 1:19, 1ª Tesalonicenses 1:1).
  • La Palabra enseña que la dirección espiritual de las iglesias locales es responsabilidad de un conjunto de ancianos y no de una sola persona (ver Hechos 20:17, Tito 1:5, Santiago 5:14, 1ª Pedro 5:1).
En los casos mencionados arriba se hace evidente que las personas que integraron cada equipo ministerial fueron designadas por dirección y guía del Espíritu Santo. Los cristianos demuestran ser hijos de Dios cuando son guiados por el Espíritu Santo (ver Romanos 8:14). Este es un principio que debe ser aplicado por cualquier hijo de Dios en todas las áreas de su vida; mucho más aún en la formación de equipos ministeriales. Siempre que se respete a Jesucristo como el Señor de su Iglesia, entonces se cumplirá este principio espiritual y todo aquello que provenga de los criterios humanos quedará automáticamente desechado.
  1. Como parte de su labor ministerial, los apóstoles y profetas tienen la doble función de establecer y cubrir espiritualmente a los ministros llamados a ejercer alguno de los cinco ministerios, y a las iglesias en las cuales ellos desarrollan su labor. La Palabra provee un sólido fundamento por el cual se afirma que apóstoles y profetas ejercen una autoridad que abarca tanto a los ministros como a las iglesias:
  • Con relación a los ministros:
    • Un ministerio apostólico y profético posee la autoridad de confirmar y establecer en sus funciones ministeriales a las personas que el Espíritu Santo haya designado previamente (ver Hechos 20:28).
    • Fundamenta a los ministros en la sana doctrina apostólica, y los preserva de toda doctrina errónea (ver Hechos 20:26-31, 1ª Timoteo 1:3-11; 4:16; 6:13-14, 20-21, 2ª Timoteo 2:15-18; 4:2-5, Tito 1:9).
    • Reprender a los ancianos que persisten en su pecado y corregir a aquellos que se desvían de la sana doctrina (ver 1ª Timoteo 5:19-20, Tito 1:7a, 9, 13).
  • Con relación a las iglesias:
    En la tarea de Pablo y el equipo del cual formaba parte, se pueden observar algunas funciones prácticas de la autoridad apostólica y profética en las iglesias locales:

      • Plantar y fundamentar iglesias (ver 1ª Corintios 3:6, 10, Efesios 2:20).
      • Constituir y establecer ancianos en cada iglesia local (ver Hechos 14:23, Tito 1:5).
      • Estructurar y organizar a las iglesias, enseñando fielmente la doctrina apostólica, y dando diversas órdenes precisas que les permitan crecer sólidamente afirmadas en la verdad (ver Hechos 16:4-5, 1ª Corintios 4:17; 7:17b; 14:26-33, 40, 2ª Juan 9-11).
      • Confirmar e impartir dones espirituales y ministeriales (ver Romanos 1:11-12, 2ª Timoteo 1:6).
      • Cuidar que las iglesias se mantengan fieles al verdadero evangelio (ver Gálatas 1:6-8).
      • Procurar la pureza moral en las iglesias (ver 1ª Corintios 5:1-7).
      • Proteger a las iglesias de toda doctrina errónea y herejías (ver Romanos 16:17, Efesios 4:14, Colosenses 2:8).
      • Corregir lo deficiente (ver Tito 1:5).
      • Trabajar con la finalidad de que Cristo sea formado en los santos (ver Gálatas 4:19).

En resumen:
Con base en todo lo analizado
queda demostrado que la autoridad espiritual
de apóstoles y profetas
siempre es ejercida hacia los ministros
y las iglesias locales.